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Minimalistas Madrid - las culpables - Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

El evento perfecto: Minimalistas Madrid 2018

El pasado domingo 30, justo hace una semana, tuve la enorme suerte de acudir a un evento que sé que será para mí un antes y un después. Me refiero a la primera edición de Minimalistas, organizado por Andrea Amoretti y su equipo, en Madrid.

Este evento es uno de los Camps que organiza Andrea. Era el primero al que acudía, pero intuyo que no será el único.

Me encantaría compartir contigo, como si fuera una redacción del colegio, lo que fue y lo que supuso para mí este día tan especial.

En Madrid las distancias son grandes

El evento comenzaba a las 10 de la mañana en una antigua nave industrial del barrio de Tetuán. Guay, podré levantarme tarde. ¿Tarde? ¡A las 7 de la mañana ya estaba en pie! El trayecto desde casa de mi hermana hasta Nave María (@nave_maria) era de 50 minutos, así que a las 9 ya estaba yo duchada, arreglada, desayunada y saliendo por la puerta.

Primeras impresiones

Nave María

Nave María

Iba con mucha ilusión y expectativas, pero lo que me encontré a mi llegada a esa callejuela de un barrio que, un domingo por la mañana, parecía deshabitado, las superó con creces.

 

Para empezar, una amabilísima Andrea Amoretti (@andreaamoretti) que me da la bienvenida en un precioso recibidor rústico y me señala unas taquillas donde puedo dejar mis cosas (así no me incordian, pero las tengo disponibles todo el día) y me da una pequeña carpeta con algunas hojas y un precioso lápiz de madera, además de una tarjeta con mi nombre y un número para un sorteo (¿sorteo? ¡Qué sorpresa!). Todo pensado y cuidado al detalle. Amor.

Al entrar, me recibe una antigua nave industrial restaurada, pero con todo el respeto a su esencia. Colores, luz, madera, metal, textiles, plantas. Cada uno totalmente diferente y, a la vez, en plena armonía. Nada más entrar, una mesa llena de productos Zero Waste (si me sigues por Instagram seguro que lo viste en mis stories). Ya está. Me he enamorado.

Mesa Zero Waste Minimalistas - earth beat

La mesa Zero Waste <3
Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

Al fondo, varias mujeres (todo mujeres) conversan animadamente junto a una mesa en la que hay fruta fresca, boles para prepararte a tu gusto un yogur con frutos rojos y semillas, zumos naturales y cupcakes imperfectos, además de té, café y agua con limón y hierbabuena.

Bueno, podéis iros todas esta tarde, no os preocupéis, que ya me quedo yo aquí a vivir.

Minimalistas Madrid desayuno

Si llego a saber lo que me esperaba en Nave María, no habría desayunado.

Hablo con algunas y descubro que ya se conocen de otros Camps de Andrea. Por cierto, ¿quién es Andrea, que yo soy espantosa con las caras? Justo se acerca a saludar. Cercana y sonriente, está un poco nerviosa. Quiere que todo salga bien. Lógico.

 

Mientras nos sentamos en el centro, en óvalo, pienso en lo maravilloso de las redes sociales. ¿Cómo si no podría yo llegar a conocer a todas estas mujeres maravillosas y a compartir con ellas este día? Muchas veces vemos su lado malo: el tiempo que nos roban, la vida que nos hacen anhelar, las mentiras que nos venden… Pero, como todo, son herramientas. Todo depende de cómo las usemos. Bendito Instagram.

En la presentación, voy localizando a cada una de las ponentes:

  • Elsa Yranzo (@elsayranzo), que ha diseñado todo lo que vamos a degustar durante el día y que nos hablará de belleza imperfecta
  • María de @herviderodeideas nos hablará sobre sostenibilidad
  • María de @escarabajosbichosymariposas nos contaría su experiencia antes, durante y después de un año sin compras. Guau.
  • María de @earthbeatbrand (no, no me he colado. Todas Marías) es la «culpable» de la mesa zero waste y nos hablará de su historia y su marca
  • Y por supuesto, Andrea Amoretti, que nos iluminará con su técnica de armario cápsula.
Minimalistas Madrid - ponentes (@v_musumeci)

Estas chicas me inspiraron tanto… – Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

Taller: estilo y armario con Andrea

Venga, nos dividimos en dos (qué fácil fue): la mitad con Andrea y la otra mitad con María de Hervidero de Ideas.

A mí me tocó con Andrea. ¡Y qué descubrimiento!

La energía de la ropa

Nos contó la importancia de conectar con nuestra ropa, de que hable de nosotras, de sentirnos identificadas y a gusto con cada una de nuestras prendas. Si lo pensamos, eso pasa por utilizar fibras y tintes naturales en la medida de lo posible y, si nos importa la sostenibilidad (sí!!!!) que las prendas sean de muy buena calidad, porque de esa forma nos durarán mucho tiempo.

Elegir bien nuestras prendas hará que no nos cansemos de ellas. Serán intemporales, aunque hayan «pasado de moda», porque hablarán de nosotras, de nuestro estilo.

Pero también reflexionamos sobre lo importante que era emocionarnos con nuestro armario, dejar entrar prendas nuevas (que pueden ser heredadas, de segunda mano, prestadas…) para no tener sensación de inmovilismo. Porque el estilo no es eterno. Porque tu estilo habla de ti ahora.

Invierte en básicos y cuida tus extremidades
Minimalistas Madrid - Andrea (@v_musumeci)

Andrea nos habló de energía, sensaciones y estilo – Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

Los básicos se llaman así por algo y nos van a acompañar muuucho tiempo. Por eso merece la pena invertir en prendas básicas. Pero también hay que darle alegría, color y vida a nuestro estilo.

 

Y Andrea nos descubre que las partes más importantes de un look son los pies, las manos y la cabeza. ¿Cómo??? ¿Y el tronco y las piernas? Pues parece que comunicamos más con los extremos de nuestro cuerpo. Cuidémoslos, leñe. Ojo, y eso tampoco significa tener 700 pares de zapatos, que nos conocemos…

Porque Andrea tiene un método muy claro de armario cápsula: 55 prendas, 5 de cada tipo (si quieres saber más, te recomiendo su libro Empieza por los zapatos).

Ya sabéis por mi vídeo de esta misma semana que yo no hago cambio de armario y que no practico el armario cápsula, pero te reconozco que este método me ha tocado la fibra. Puede que pronto haya algún cambio en mi vida. Ahí lo dejo.

Todas juntas: un año sin compras

María (Escarabajos, bichos y mariposas) nos contó por qué decidió hacer un año sin compras (ojo: un año sin comprar objetos ni para ella ni para su hijo ni para la casa, pero por supuesto sí comida y consumibles —cosméticos, productos de limpieza, etc.).

Lo hizo porque le parecía que compraba sin necesidad, por inercia, y se preguntó cómo podría apañárselas si estuviera todo un año sin comprar nada.

¿Y cómo fue la experiencia? Maravillosa.

Usar lo que ya tienes

Nos contó que su hijo le pidió una cortina porque su cuarto no tiene puerta, y el chico quería un poco más de intimidad. «Pues no puedo comprártela. Voy a ver qué hay por ahí.» Y se acordó de unas telas increíbles que había comprado en India. Una de ellas tenía la medida perfecta.

María nos contó su experiencia de un año sin compras - Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

María nos contó su experiencia de un año sin compras –
Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

Qué desperdicio habría sido comprar una cortina teniendo un tesoro en casa esperando su oportunidad para brillar. Pero eso es lo que hacemos. Comprar, comprar y comprar. Necesito esto, necesito aquello. ¿De verdad lo necesitas? Si María pasó un año sin necesitar nada, tú también podrías.

Pedir prestado o alquilar

Las cosas que se usan muy de vez en cuando (desde vestidos de fiesta a taladros) pueden pedirse a los amigos o alquilarse. No hace falta poseerlas. ¿Sabes que un coche pasa, de media, el 97% de su vida parado? ¿Tiene sentido poseer algo tan grande, tan caro y tan costoso en mantenimiento para el uso que le damos?

Pues esto mismo se aplica a todas esas pequeñas cosas que, aunque sean más asequibles, siguen siendo inútiles la mayor parte del tiempo.

Cambiemos el chip y haremos que hagan falta muchísimos menos recursos para cubrir nuestras necesidades.

La yogurtera

Su experiencia nos animó a contar las nuestras. Esas pequeñas historias de la infancia, de la maternidad y de cualquier momento en el que nos damos cuenta de que el consumismo nos tiene engañados.

No, no hace falta comprar de todo. Y no comprar no significa tener escasez.

Como nos contaba Silvia (@laviajerainterior), a ella le daba mucha rabia que su madre hiciera yogur en yogurtera durante su infancia. ¿Por qué los demás niños podían comprar yogures y ella no?

¿Por qué narices nos han hecho creer que lo comprado es mejor?

Me alegro tanto de que empecemos a darle la vuelta a este concepto y nos demos cuenta de que lo importante es el resultado. Y, si no nos ha costado dinero, ¡mucho mejor!

De verdad creo, después de esta charla con tantas mujeres increíbles, que el mundo camina hacia un nuevo paradigma en el que el estatus no estará marcado por el dinero y las posesiones, sino por el tiempo que tengamos disponible y las cosas interesantísimas que hagamos con él.

La nave de la comida (y la piscina) - Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

La nave de la comida (y la piscina) – Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

Comida imperfecta

Después de este chute de optimismo, pasamos la nave contigua (¿que hay más?) para la charla de Elsa.

Nos trajo una muestra de su proyecto «Belleza imperfecta» en el que compara los supuestos defectos del cuerpo con hermosa comida. No, no son defectos. Solo son características. ¿Por qué un lunar tiene que eliminarse con Photoshop o incluso con cirugía? ¿Por qué avergonzarnos de nuestras estrías si cuentan nuestra historia?

También habló de la comida fea. Esa que se tira por toneladas porque no cumple los estándares de color, forma o tamaño de los supermercados. Y de cómo podemos colaborar para que no se tire: simplemente pidiéndola.

En las fruterías, en el mercado, en los puestos del mercadillo. Oiga, ¿no tiene melocotones feos? Y así, poco a poco, los comercios se darán cuenta de que no nos importa, de que son comida igual, de que una berenjena con nariz es divertida. De que un picado se quita ya listo. No hace falta tirar esa cantidad ingente de comida.

Después de un aperitivo muy especial, pasamos a la preciosa mesa, con sillas distintas, vasos, jarras, platos distintos.

La mesa (im)perfecta

La mesa (im)perfecta

¡Y qué comida! Crema de manzana y puerro con curry, falafel con su salsa, hamburguesitas de remolacha y hummus también de remolacha para mojar con crudités. Todo vegetariano y exquisito.

Y de postre, un merengue con frutos rojos de chuparse los dedos (y a mí no me gusta el merengue) y más fruta (la que había sobrado del desayuno). Porque aquí no se tira nada. ¡Qué maravilla!

El otro taller: Sostenibilidad con María

María Negro, de Hervidero de Ideas, es un referente en sostenibilidad. Nos contaba que desde pequeña le pedía a sus amigos que le dieran el aceite usado para reciclarlo.

Y María, la recicladora, nos contó que el reciclaje es casi la última opción (¿sabías que el plástico solo produce el 5% de su volumen al ser reciclado?), porque antes tenemos que fijarnos y cambiar muchas otras cosas.

La Naturaleza no genera residuos.
María nos animó a estudiar nuestra basura - Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

María nos animó a estudiar nuestra basura –
Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

Si el hombre no estuviera en la Tierra, no habría residuos. Todo lo natural es biodegradable, y se convierte en alimento para el suelo, para insectos, para bacterias, que hacen crecer las plantas. Es un círculo perfecto. El ciclo sin fin.

Pero llega el hombre y lo jode todo.

María no enseñó fotografías de vertederos, de playas, del océano cubierto de plástico. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos da exactamente igual lo que le pase a nuestra casa? Si no lo vemos, no existe.

Así que, si queremos que esto cambie, hay que tomar acción.

Rechazar y reducir

El poder que tenemos como consumidores es enorme.

Si una empresa vende menos productos este año, el año que viene hará pedidos más pequeños. Si una empresa descubre que los productos que más vende son los que están fabricados con materiales sostenibles, el año que viene, pedirá más.

Esta cara tuve durante todo el día - Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

Esta cara tuve durante todo el día –
Foto de Julia de las Heras (@everydayconsciousblog)

Por eso, si reducimos nuestro consumo (utilizando lo que ya tenemos, pidiendo prestado, o utilizando los recursos con más cabeza) las empresas sabrán qué tienen que hacer para adaptarse a nuestros nuevos hábitos. ¡Y lo harán! A ver si nos creemos que las empresas quieren gastar recursos. ¡Lo que quieren es ganar dinero! Y si solo lo gana siendo sostenible, ¡lo será!

Dejemos de pensar en desechable y pensemos en reutilizable. Botellas, cubiertos, platos, servilletas… Nada de todo esto era desechable hace 50 años. Y se usaba. Pero no generaba residuos.

Por supuesto hay muchas otras cosas que podemos hacer para ser más sostenibles (ir andando, en bicicleta o en transporte público o eléctrico), aislar nuestras casas para no necesitar tanto aire acondicionado y calefacción… De muchas de esas acciones, hablamos durante la charla, como si la diéramos todas.

¡Qué gusto!

Earth Beat

María de Earth Beat nos contó su historia y nos presentó sus productos

María de Earth Beat nos contó su historia y nos presentó sus productos

La tercera María, que participó muy activamente durante toda la jornada, nos presentó después de la merienda y el sorteo (no, no me tocó nada) su marca de productos sostenibles y zero waste. ¡Qué ganas tenía!

Nos contó que ella estudió estilismo y diseño de moda, que viene del consumismo desaforado y el amor por las modas, pero que, después de trabajar como estilista en Inditex, decidió dar un cambio completo a su vida. Ahora tiene su propia marca de productos zero waste y en su tienda vende sus propios productos y los de otras marcas con las que comparte filosofía.

Además, hace talleres de cocina de aprovechamiento (ñam) y, aunque se ponga roja al hablar en público, es una comunicadora excelente.

Despedida
Cóctel (im)perfecto - Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

Cóctel (im)perfecto – Foto de Valentina Musumeci (@v_musumeci)

Y con esto, llegó el momento de la despedida.

Un cóctel fresco y delicioso presentado en copas y vasos imperfectamente colocados en una mesa imperfecta.

El colofón final a una jornada llena de inspiración, sostenibilidad, minimalismo y feminismo.

Porque no era un evento cerrado a mujeres, pero solo éramos mujeres.

Cada día tengo más claro que ese cambio que tiene que llegar (porque como no llegue nos vamos todos a la mierda) pasa por nosotras, por las mujeres. Las que estamos más que acostumbradas al cambio. Las que tenemos miedo, pero aun así, actuamos. Las que podemos con todo lo que creemos que merece la pena. Las que convencemos solo con creer. Con enseñar. Con inspirar.

Somos el cambio que necesita el mundo. Y con urgencia.

 

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Gritona, optimista y dicharachera. Mi tema de conversación preferido son los viajes, mejor cuanto más lejos y más baratos. Adoro ir al cine, pero voy poco (snif). Me pierden los gatos. Siempre tengo un nuevo proyecto, viaje o cambio de decoración en la cabeza. ¿Me sigues el ritmo?

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